martes, 31 de marzo de 2009

¿Por qué se apoya a los bancos?

Ya hace tiempo que otros países intervinieron o ayudaron explícitamente a sus bancos. Y, aunque nuestro sistema financiero goza (¿gozaba?) de "buena salud" en opinión del Ministro de Economía y Hacienda, que alguna de nuestras entidades tuviera que ser intervenida parecía solo una cuestión de tiempo, a juzgar por los incorregibles problemas de liquidez que atraviesan los mercados financieros. El plazo se ha cumplido, y la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha ha sido intervenida por el Banco de España con el respaldo, en forma de avales, del Gobierno. De ello nos informa el propio Ministerio de Economía y Hacienda, y numerosos periódicos (El Mundo o Expansión, por ejemplo) y blogs.



La intervención nos hace recordar el Caso Banesto, cuyo procedimiento es sugerido ahora por el presidente del BBVA (ver Las Provincias). También podemos recordar otros casos, como los de Forum Filatélico o AFINSA (ver, por ejemplo, el especial de El Economista). Pero, en este segundo caso, para preguntarnos por qué se defiende de una forma a las entidades crediticias y de otra a otro tipo de empresas. ¿Por qué es necesario asegurar los depósitos de los clientes bancarios y mantener su confianza en el sistema crediticio, mientras que no es tan imprescindible hacerlo en otro tipo de entidades financieras? O, si se quiere, ¿por qué apoyar a ultranza a bancos y cajas de ahorro, y no, al menos de forma tan intensa, a otro tipo de empresas?

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domingo, 22 de marzo de 2009

Una nueva sociedad

Hace ya algún tiempo, al poco de comenzar la crisis económica que vivimos, algunas voces reclamaron un cambio en el sistema, una refundación del capitalismo. La reunión del G20 en Washington parecía el momento oportuno para ello, pero fueron más los ruidos que las nueces, y todo quedó en nada. Al menos, en nada apreciable por el ciudadano común.

Uno tras otro, los países fueron adoptando medidas, más o menos consensuadas, para paliar los efectos adversos e intentar la recuperación económica. Planes de rescate bancario, ayudas a los más perjudicados y gasto público tendente a crear o mantener el empleo, han ido proliferando por el mundo. Uno de los más recientes planes, el fiscal de Obama, está siendo objeto de estudio, crítica y debate. Ya la Congressional Budget Office (CBO) ha emitido su informe, poco favorecedor a las intenciones presidenciales.

Mientras tanto, resurgen las voces que reclaman un cambio económico-social. Es el caso del Premio Nobel de Economía Amartya Sen o del periodista Martin Kettle. Quizá en algunos años hablemos de la revolución social que se originó con esta Gran Recesión, como la ha llamado Paul Krugman, el que, hasta hace poco, era casi incuestionable gurú económico gracias a su reciente Premio Nobel, y que ahora tiene menos predicamento, al menos en Europa (leer el artículo original en International Herald Tribune o en Economist's View, y la respuesta oficial del Banco Central Europeo en The Wall Street Journal).